Las vísperas del Corpus poco a poco van ganando en calidad, actos y público, convirtiéndose en unas jornadas a tener en cuenta para todo aquel que disfrute del arte, la música, la cultura y la religiosidad popular.
Por primera vez la Catedral de Sevilla abrió sus puertas el día antes de la procesión del Corpus para dejar ver los pasos que conforman la procesión. Este hecho motivo que una gran afluencia de público se concentrara desde las 18:00 horas en las acondicionadas estancias del primer templo de la ciudad, a tenor del calor que había en el exterior.
Los nueve pasos se encontraban ya exornados y dispuestos en hilera, exceptuando el Niño Jesús que estaba situado en la parroquia del Sagrario, con acceso directo desde la Catedral para tal ocasión y la Custodia de Arfe, que se encontraba junto al Altar Mayor.
En las puertas de entrada se encontraban los tres libretos editados para la ocasión: un díptico con texto de José Roda Peña sobre “La Procesión del Corpus Christi en Sevilla”, otro díptico realizado por Ramón de la Campa Carmona sobre “Tierra de Santos” y un libreto sobre la Semblanza de Madre María de la Purísima, realizado por Teodoro Muñoz León, mientras que varias pantallas proyectaban un documentas sobre la procesión del Corpus.
En el Patio de los Naranjos, el cómic dedicado a la Beatificación de Madre María, hacía de pórtico a los cuentacuentos que, a la vieja usanza de los trovadores, iban mostrando semblanzas de la Hermana de la Cruz y pasajes evangélicos.
Por allí pasaron multitud de niños, además de las Hermanas de la Cruz, con niñas de acogida de la ciudad, además de otras venidas de Carmona y Fuentes de Andalucía. Mientras tanto, el ambiente festivo se incrementaba en torno a la Plaza de San Francisco con el concierto de la Municipal y el recorrido de la procesión con el montaje de altares, mientras que la Hiniesta Gloriosa se dirigía hacia su tradicional Altar municipal.
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