jueves, 18 de diciembre de 2008

El latido de la vida

Nuestro Hermano Mayor visitó recientemente a trasplantados de corazón en el Virgen del Rocío.

Como muestra, nos ha dejado estas bonitas palabras:


La Estrella ilumina una nueva vida. Una nueva esperanza.
Como sabéis, la Virgen de la Estrella es la patrona de los trasplantados de corazón, aglutinados en esa hermosa asociación denominada “Asociación de Trasplantados de Corazón de Andalucía, Ciudad Hispalis”.

A finales del mes de noviembre, recibí una llamada de D. José Pérez Bernal, coordinador de trasplantes de órganos, persona muy querida y conocida en Sevilla. Él asistió el día 15 de noviembre a nuestra Capilla a celebrar la Eucaristía en acción de gracias y por los miembros difuntos de los trasplantados de corazón, organizada conjuntamente con la Asociación citada.

Me llamó ya tarde, sobre las 23 horas, y me dijo que durante el año 2008 habían estado muy preocupados en el hospital, por cuanto se habían dado muy pocos trasplantes, en concreto 12 hasta el día 15 de noviembre. De hecho se habían reunido multidisciplinarmente para aportar urgentes soluciones.

En la Eucaristía del día 15 rezamos todos, junto a esta maravillosa patrona que es la Virgen de la Estrella, por los trasplantados, por las personas que estaban esperando urgentemente un corazón, y para que se dieran donaciones de órganos. Pues bien, me comunicó José Pérez Bernal, que en las dos semanas siguientes a celebrar esta función ante la Virgen de la Estrella, se había dado hasta 5 donaciones de corazón y otros tantos trasplantes del citado órgano, lo que implicaba un maravilloso record. Sin duda hemos recibido una gran ayuda de nuestra bendita Madre.

D. José Pérez Bernal me invitó, junto a los queridos miembros de la junta directiva de la Asociación de Trasplantados de Corazón, a visitar el Hospital Virgen del Rocío, hospital de referencia para los trasplantes cardiacos, y visitar a los recientemente trasplantados de corazón. Lo hice con gusto. Dos de ellos incluso ya había recibido el alta, y a otros tantos tuve la posibilidad de saludarlos y entregarles una fotografía de la Virgen de la Estrella.

Lo cierto es que fue emocionante para los trasplantados, que estaban radiantes y felices, y también para nosotros, hasta el punto de que estando visitando a una mujer, maravillosa por su vitalidad, recién trasplantada, llamada Antonia, llegó su hija, con una globo para entregárselo a su madre. El globo, como podréis observar en la fotografía, tenía escrito por su hija (que desconocía que iríamos a visitar a su madre): “ERES MI ESTRELLA”.






Visitamos a otro paciente trasplantado unos días antes: Josél, que igualmente irradiaba felicidad por la nueva vida que su nuevo corazón le brindaba. Igual de radiante estaba su mujer.

Todos conservarán siempre en su corazón esta fotografía de la Virgen de la Estrella, que le tiende un manto en los momentos más difíciles para enseñarles con su luz el camino de la felicidad. Para mí, como representante de la Hermandad, fue enormemente gratificante. Doy gracias a Dios por ello y por todo lo acontecido.

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